lunes, 17 de febrero de 2014

Epifanía del aforismo


El abracadabra aforístico: teoría y práctica sucintas.

Al hilo de una tesis doctoral que amenaza con castrarme intelectualmente con mi propia mano…, inicié una práctica aforística sin otra aspiración que  conocer los entresijos del género que yo defiendo como cuarto género esencial de una Historia de la literatura española con auténtica voluntad de totalidad. Quería explorar los resortes de dicha creación, conocer los ritos, el proceso de alumbramiento de esa diminuta obra completa y autosuficiente, comprender, en definitiva, que, como sostienen algunos reputados representantes del género, es literalmente im-po-si-ble (así mismo, en cuatro palabras…) ponerse en situación de querer escribir un aforismo: abrir el cuaderno de notas, desenroscar el capuchón de la pluma y “autoforzarse” a escribir… ¿qué? Nada. Nada, en efecto,  puede esperarse de un método tan ridículo como el descrito  paródicamente, porque el aforismo, como la poesía, es ese abracadabra: “envía tu rayo hasta la muerte” significa exactamente la mágica palabra, que nos ordena transcribirlo en el papel, no crearlo:  el proceso de creación, por asociación tan fortuita como la propia vida sobre el planeta, se ha producido no sabemos dónde ni cómo, porque nuestro consciente no lo registra entre sus actividades. ¿Se sueñan, entonces? Alguno he escrito en sueños, es cierto, pero de forma tangencial a la trama del propio sueño, es decir, reproduciendo en perfecta mímesis la actividad de la vigilia y los tortuosos e ignotos caminos por los que el escritor acaba hilando palabras sobre el bastidor. Son casi innumerables los modos como un aforismo emerge ante la mente despierta del aforista, siempre con las antenas dispuestas para recibirlos y a mano el recado de escribir para transcribirlos antes de que se esfumen como vinieron. Desde el provocado por la visión calamburesca de una palabra: El aforismo es, entre la sombra y la luz, un prodigioso istmo; “lo callo” es la divisa del lacayo, hasta el valetudinario recurso de las antítesis: ¿No es candoroso que el sujeto se identifique con la libertad?; Oxímoron: Temperamento levantisco, pasando por los juegos de palabras, las agudezas, las greguerías: Himpar no es lo contrario de par..., El músico narciso solo compone en mi mayor, El insomnio es nuestro diablo de la guardia,  la creación del aforismo es una epifanía constante y discontinua. Si nos ponemos clásicos, algo tiene que ver con la caza de altanería mística de Juan de la Cruz y mucho con el mosto de granadas de las subidas cavernas de la piedra. Si se hace camino al andar, se hace aforismo al aforismar, pero, a diferencia del caminar, este aforismar es un encontrar el camino hecho, el aforismo completo. Es raro, a mi parecer, que se dé un proceso de construcción del aforismo, al modo como se construye un soneto, un cuento o un ensayo, aunque es evidente que puede haber correcciones que los ayuden a encontrar su forma definitiva, pero tampoco se vuelve sobre ellos como sí se vuelve, sin la neurosis juanramoniana, sobre los poemas por pura ambición de la obra perfecta. Los aforismos están más cerca que los poemas y la narrativa de hallar su forma perfecta apenas han nacido. Es más, sólo suelen rechazarse aquellos aforismos que no nos llegan en ese grado de perfección, y no es infrecuente la insatisfacción que produce querer enmendar un aforismo maltrecho, desangelado, soso, mustio: Cámaras de la esperanza es la juventud sólo resultó medianamente aceptable cuando se transformó en Cámaras de esperanza es la juventud, a pesar de su excesivo contenido escatológico. El aforismo: escritura acezante; distendida lectura, aún tiene en el cuaderno tres variantes para acezante y tres para distendida sin que hasta el presente ninguna de ellas me haya convencido lo suficiente para darlo por acabado, es decir, hablo de un aforismo frustrado, un monstruo, un aborto.
Con los aforismos es más fácil tropezarse que descubrirlos, porque tropiezo es También la placenta acaba volviéndose desapacible, llegado como impone el rayo abracadabrense desde la placenta hasta desapacible en un golpe de expresión; y tropiezo es, así mismo, La pereza no es un mal perecedero, que se recoge en el papel sin tener la conciencia de haberlo creado, sino de haberlo tomado prestado. Es frecuente tener la sensación de que alguien, detrás de nosotros, como el esclavo que le recordaba al triunfador romano su condición mortal, nos los dicta con artes suasorias frente a las que no queremos defensa alguna: Si para los políticos las personas tienen género, para los escritores las palabras tienen sexo. Y a menudo hasta se queda el aforista vuelto hacia la nada de una dimensión desconocida con un pasmo propio del tonto de remate, porque le ha sido dicho que A la estupefacción no siempre se llega por lo estupefaciente, y se lo ha creído a pies juntillas. La prueba inequívoca de la naturaleza invasiva del aforismo me parece el hecho de que sea indistinta la lengua en la que le llegue al aforista, porque la predisposición lúdica que anida en la base del género puede manifestarse en las lenguas que conozca el aforista. Dos ejemplos: El sospir és un tendre crit d’ajut, más visual que auditivo;  Mass is always a mess, u Often the course of History means the curse of History, as everybody knows. Se trata, así pues, más de receptividad que propiamente de creatividad. El aforista es aquel que ve las figuras en los desconchones de la pared, según el ejercicio que imponía Leonardo a sus discípulos.
Expuesto este sucinto esbozo, y perdóneseme la redundancia, de teoría compositiva del aforismo, he aquí algunos resultados prácticos de la paciencia y la curiosidad:
El olvido es un recuerdo perezoso
La entereza es una de las máscaras de la identidad
Las palabras son el camino más corto entre dos malentendidos
En el amor halla quien se pierde
Hay veces en que nuestro diccionario peca de una dicción aria…
¡Ay, si alguna vez el ego fuese un hago!
La senda de los años seda los daños
Los seres anodinos tienen autobviografías
El discurso político puede ser político, pero en modo alguno discurre…


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